El microscopio (del griego μικρός micrós,
‘pequeño’, y σκοπέω scopéo, ‘mirar’)1 es un instrumento que permite observar objetos
que son demasiado pequeños para ser observados a simple vista. El tipo más
común y el primero que se inventó es el microscopio óptico. Se trata de un
instrumento óptico que contiene dos o más lentes que permiten obtener una
imagen aumentada del objeto y que funciona por refracción. La ciencia que investiga los objetos pequeños utilizando
este instrumento se llama microscopía.
El microscopio fue inventado por Zacharias Janssen en 1590.
Partes de un microscopio óptico
Sistema óptico
OCULAR: Lente situada cerca del ojo del observador. Amplía la imagen del objetivo.
OBJETIVO: Lente situada cerca de la preparación. Amplía la imagen de ésta.
CONDENSADOR: Lente que concentra los rayos luminosos sobre la preparación.
DIAFRAGMA: Regula la cantidad de luz que entra en el condensador.
FOCO: Dirige los rayos luminosos hacia el condensador.
Sistema mecánico
SOPORTE: Mantiene la parte óptica. Tiene dos partes: el pie o base y el brazo.
PLATINA: Lugar donde se deposita la preparación.
CABEZAL: Contiene los sistemas de lentes oculares. Puede ser monocular, binocular.
REVÓLVER: Contiene los sistemas de lentes objetivos. Permite, al girar, cambiar los objetivos.
TORNILLOS DE ENFOQUE: Macrométrico que aproxima el enfoque y micrométrico que consigue el enfoque correcto.
Manejo del microscopio óptico
Colocar el objetivo de menor aumento en posición de empleo y bajar la platina completamente. Si el microscopio se recogió correctamente en el uso anterior, ya debería estar en esas condiciones.
Colocar la preparación sobre la platina sujetándola con las pinzas metálicas.
Comenzar la observación con el objetivo de 4x (ya está en posición) o colocar el de 10 aumentos (10x) si la preparación es de bacterias.
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